miércoles, 17 de noviembre de 2010

La Corporación de Cine de Puerto Rico presenta:Hacia un cine feel good sin mucha imagination


En agosto la cineasta puertorriqueña Narielys Márquez Carrasquillo participó en la convocatoria Micros 2010 de la Corporación de Cine de Puerto Rico que solicitaba propuestas para cortometrajes que estuvieran basados en una historia de amor.

Su guión Yo Te Ayudo fue escogido como uno de los ganadores y antes de recibir premio alguno-en este caso $5,000 en financiamiento para realizar el corto-,la productora ejecutiva de la Corporación le pidió que cambiara la escena final de su guión porque según sus palabras era "muy fuerte y no tan "feel good" como las demás historias premiadas".


Ante esto la cineasta le envió una carta a la Corporación de Cine que fue publicada en Facebook la semana pasada y ya ha sido difundida en varios medios.En la misma la cineasta defiende la integridad de su obra y denuncia la manera en que fue presionada por la CCPR para que cambiara la escena final de su guión.A continuación veamos la carta enviada por Carrasquillo,quien prefirió retirar su trabajo de la convocatoria antes que aceptar lo que considera un acto de censura por parte de la CCPR.

A la Corporación de Cine de Puerto Rico:

Quiero que la presente sirva para informarles que tanto el guión titulado “Yo Te Ayudo” como el “director’s treatment” que fue sometido con el guión, permanecerán intactos tal y como fueron evaluados y premiados por los cinco jueces que la CCPR convocó con ese propósito. Hemos analizado las reglas del concurso según se presentaron en la convocatoria inicial y entendemos que cumplimos con todos los requisitos. No fue hasta dos semanas después de anunciar los ganadores, que la Productora Ejecutiva de la CCPR le informó a esta servidora de la necesidad que recae sobre la CCPR de “justificar el uso de fondos gubernamentales”; y de la determinación de la CCPR, sin expresar con qué criterio, de que el final de esta historia es muy “fuerte” y no tan “feel good” como las demás historias premiadas.

Uno de los propósitos de la CCPR es facilitar el desarrollo y la producción de numerosas iniciativas o propuestas para hacer cine nacional. Al tomar un proyecto premiado por los propios jueces seleccionados por la CCPR y presionar a su autora a cambiar su obra para la obtención del premio sobre el cual fue galardonada, da visos de caprichos inhóspitos de los actuales miembros de la CCPR que más bien disuaden el proceso creativo de nuestro país.

Dado el estado macilento actual en que se encuentra la industria de cine en Puerto Rico, es importante que la CCPR logre justificar su trabajo y que las personas que encabezan la misma tengan alguna “obra” a la que puedan señalar antes de finalizar el año. El que una falta de compromiso como este conduzca a una convocatoria como la de “Micros 2010”, es totalmente legítimo y comprensible, sin embargo, es totalmente inaceptable que, luego de nombrar los ganadores, los actuales miembros de la CCPR dicten unos términos que resultarían en la mutilación de una obra de arte que ya ha sido registrada.

Más aún, el modo en que el anuncio de la convocatoria omitía dichos términos, amén de los artículos publicados recientemente en la prensa en los que la CCPR alega que vienen $100 millones en proyectos para Puerto Rico antes de finalizar el 2010, dan señas del uso de anuncios engañosos por parte de la CCPR para justificar su existencia, de modo sumamente descarado y alarmante.

No cabe duda de que Puerto Rico es un país que censura libros y a escritores. Me preocupa bastante darme cuenta de que, tanto por mi experiencia con la CCPR como por expresiones emitidas por la Directora Ejecutiva de esa entidad en la televisión, la industria de cine también sufra de censuras por parte de personas o agencias con agendas ocultas y de criterios dudosos. Lamentablemente este no es el momento para hacer cine nacional con la ayuda de la CCPR, es el momento de hacer cine nacional a pesar de la CCPR. No me interesa formar parte de un grupo de cineastas que tuvo que cambiar sus historias, ni el modo de contarlas, para asistir a una agencia gubernamental a reproducir una imagen de Puerto Rico que es totalmente antiséptica y va a tono con el modo en que un grupo limitado visualiza a Puerto Rico. A mí me interesa hacer historias que aún no se hayan contado y que, aunque puedan resultar “difíciles” de procesar, se acerquen más al Puerto Rico en el que la mayoría vivimos. Un Puerto Rico en el que la gente se suicida, en el que uniformados de la policía matan a civiles inocentes y reparten palos frente al Capitolio, en el que la tasa de desempleo sube al mismo ritmo que el costo de vida… no es el Puerto Rico de los anuncios de la Compañía de Turismo, pero son las historias que hay que contar y de las que la gente tiene que hablar, si es que algún día seremos capaces de mirarnos de forma honesta como pueblo y nos atrevamos a buscar la manera de sanar la sociedad tan enferma en la que vivimos.

No pretendo que los miembros actuales de la CCPR logren algún día comprender lo importante que es lograr que los pueblos se vean a sí mismos a través del cine nacional y que, bueno o malo, hay que abrir el diálogo sobre muchas cosas desagradables que afligen a nuestros pueblos. De todos modos, yo tengo la obligación de pedirles que, aunque no lo comprendan, al menos deban tener la elegancia de respetar las obras de los escritores, directores y productores que intentan aportar obras diferentes, ya sea por su honestidad o por su valentía. Al final del día, el cine es arte, y ustedes administran los fondos de un programa de arte, entonces, si en vez de apoyar a los artistas, intentan usar los fondos de la CCPR para convertir a la industria de cine local en una máquina de cortos para hacerles las relaciones públicas a la misma CCPR, evidentemente ya no existe justificación para la CCPR ni siquiera para desempeñarse como administradores de un programa de arte.

Tanto mi grupo de colaboradores creativos como yo estamos seguros de dos cosas, primero, que “Yo Te Ayudo” es una historia con la que estamos comprometidos y que queremos contar tal y como el proyecto fue sometido; segundo, que 5 mil dólares no compran ni a “Yo Te Ayudo” ni al grupo de profesionales que estamos comprometidos con la historia.

Sin nada más por el momento, quedo,

Sinceramente,

Narielys Márquez Carrasquillo
Escritora



La CCPR le contestó a la cineasta con la siguiente misiva que también fue publicada en Facebook y Quiibo:

Estimada Narielys:

He recibido tu comunicación. Aunque difiero por completo, respeto tu opinión sobre el cine en Puerto Rico y las labores de la Corporación de Cine. Debo decirte que el desconocimiento sobre los procesos y las labores que realizamos lleva a tomar ese tipo de posturas violentas que no adelantan la causa del cine de Puerto Rico.

Por otro lado, me extraña muchísimo que de nuestra conversación via Skype sobre trabajar en equipo para que tanto la Corporación de Cine como tú, pudiéramos llegar a un punto medio en cuanto al tratamiento cinematográfico de la escena final de “Yo te ayudo”, hagas el tipo de argumentos que presentas en la carta. Micros es un proyecto de carácter “para todo público” y se exhibiría en espacios públicos y agencias de gobierno en donde podrían haber niños.Jamás se te pidió que eliminaras la escena.Se te pidió que presentaras alternativas al tratamiento de la misma. Incluso,hablamos de que podrías tener tener tu corte de director que podrías utilizar en los festivales/eventos/foros de cine fuera de Puerto Rico.

Entiendo de tu comunicación que no estás en la disposición de trabajar un tratamiento alterno.Recibirás una comunicación oficial a esos efectos.



En otras palabras:"No tienes idea de como funciona esto.Ya te dijimos que podías editar el corto como quisieras siempre y cuando no lo exhibieras en Puerto Rico.Si no nos obedeces,olvídate de realizar tu corto.By the way,por lo que dices en tu carta entiendo que eres una cabecidura y por eso te enviaremos una carta con sello oficial y todo que dirá que rechazas nuestras sugerencias".

Para empezar,ninguno de los requisitos de la convocatoria Micros 2010 (en la que participó Carrasquillo) decía que los cortos a realizarse debían tener un "feel good ending" o "ser aptos para todo público".Eso lo dice la ejecutiva de la CCPR a posteriori para justificar los cambios que querían hacerle al guión.

Si la CCPR hubiera aclarado en la convocatoria que buscaba propuestas para cortometrajes ñoños que entretuvieran a las amas de casa y los viejitos que pierden el poco tiempo que les queda de vida haciendo gestiones en las agencias del gobierno con los nietos,entonces no habría problema.Pero premiar a una cineasta para luego pretender que cambie una parte importante de su obra y para colmo chantajearla con el premio otorgado no sólo es censura,es una cabronada.


Lo peor es que esto no ayuda en nada al cine puertorriqueño,al contrario,promueve la peor clase de censura que existe:la autocensura,pues algunos cineastas,con tal de meter la mano en la lata de los fondos de la CCPR,evitarán tocar en sus trabajos cualquier tema que pueda herir la sensibilidad "feel good" de los ejecutivos de la CCPR.

Aunque,para ser justos,tampoco podemos echarle toda la culpa a la CCPR.A fin de cuentas estamos ante una entidad cuyos miembros tienen que responder a los intereses de un gobierno que parece estar más preocupado en construir y difundir su imagen que en enfrentar la dura realidad del país.

Esta no es la primera vez que la CCPR censura solapadamente a una cineasta puertorriqueña.Recuerden el caso del documental "Las Carpetas" de Maite Rivera Carbonell.

Ahora,¿alguien me puede explicar qué demonios es un final "feel good"? Porque para mí un "feel good ending",un final feliz,es el final de The Brown Bunny.Por eso estoy seguro que la CCPR nunca me dará un centavo para hacer una película.


Más sobre este tema aquí,aquí,aquí y aquí.

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